¿Cómo usamos el tiempo en Europa?
Sara Berbel, experta en gestión empresarial y promoción económica y primera mujer gerente municipal (CEO) del Ajuntament de Barcelona.
Explícanos: ¿qué es esto de los usos del tiempo?
Usos del tiempo es la expresión que se utiliza para describir los hábitos y horarios que la gente tiene a lo largo del día: a qué hora nos levantamos, a qué desayunamos, trabajamos o llevamos a los niños al cole, a qué cenamos, vamos al gimnasio o nos ponemos a dormir… Todos estos comportamientos conforman unas pautas sociales que son diferentes según la sociedad en la que vivimos, por más que todo el mundo tenga algún margen de libertad para actuar de forma individual. Y también son distintas entre mujeres y hombres en función de la educación diferenciada que hemos recibido.
¿Cuándo viste la necesidad de trabajar, incluso de impulsar un compromiso de ciudad?
En los años noventa, las mujeres feministas en Cataluña se movilizaron para mostrar que el tiempo libre o de disfrute no era el mismo para las mujeres que para los hombres. Mientras ellos acababan de trabajar y se ponían a descansar, o dedicaban tiempo al ocio, ellas debían continuar con una doble jornada, la doméstica, además de cuidar a las criaturas y personas mayores dependientes.
Es decir, ellas nunca descansaban ni tenían tiempo para el ocio, ya que todo lo demás, fuera del trabajo remunerado, lo dedicaban al hogar y cuidados.
Se descubrió entonces que eran una generación de mujeres mucho más estresadas que los hombres y que dormían mucho menos. Era imposible la conciliación de la vida personal y laboral. A esto se sumaba un horario español y catalán que, a causa de la herencia industrial y la dictadura, cuenta con horarios rígidos y largos de trabajo . Alargaba aproximadamente dos horas el tiempo de comer, el de trabajo y el de acostarse, por lo que era un horario nocivo para todos, muy diferente del horario europeo. Todo esto hizo que, desde las administraciones y desde la vida civil, las feministas se pusieran como objetivo colaborar en cambiar los usos del tiempo en nuestro país. Y aquí empezamos por nuestra ciudad, al igual que se estaba haciendo en Italia desde la ciudad de Roma, Milán, etc. Creamos una Red de Empresas para Cambiar los Usos del Tiempo (que todavía existe) y también una Red de Ciudades Europeas que Cambian el Tiempo, también vigente en la actualidad.
La sociedad rápida y exigente parece que iría en sentido contrario a estas medidas. ¿Cómo crees que pueden conciliarse?
Hay un movimiento que surgió en Italia llamado slow movement que intenta que se disfrute más del tiempo de cada cosa y que no todo vaya a tanta velocidad. Nosotros lo valoramos mucho y tenemos ataduras estrechas con su impulsor, Carl Honoré, pero lo que más nos interesa en estos momentos es acabar con la discriminación que sufren las mujeres por el hecho de ser las máximas responsables del cuidado y del hogar . Esto implica no sólo tener medidas de flexibilidad y de conciliación de la vida personal y laboral en las empresas, sino, sobre todo, que exista un compromiso de corresponsabilidad entre mujeres y hombres para que ellos asuman la parte de cuidados y tareas domésticas que les corresponde. Si no se consigue una distribución igualitaria de tareas, las mujeres (especialmente las que son madres) nunca tendrán tiempo para sí mismas, para estudiar, para crear, para crecer, y la sociedad no puede permitírselo.
¿Cómo reforzar a las empresas la idea de que la sostenibilidad y la rentabilidad pasan también por entender este concepto y tomar medidas?
Las empresas flexibles, las que tienen medidas para la conciliación de la vida laboral y personal, así como las que incentivan la corresponsabilidad, demostraron conseguir equipos más cohesionados, incrementando la productividad hasta un 15% y disminuyendo hasta un 30 % el absentismo . Además, disminuyen los riesgos físicos y psicosociales en gran medida. Las escuelas de negocios como IESE han demostrado con datos ese impacto. Por tanto, las que no lo hacen están perdiendo puntos sin lugar a dudas.
¿Qué retos afrontamos hoy día sobre la relación que tenemos como sociedad con el tiempo?
Actualmente los retos tienen que ver, por un lado, con la auténtica implicación de los hombres con la corresponsabilidad, y, por otro, con el impacto de la tecnología en las organizaciones. A continuación pongo algunos ejemplos: ¿cómo abordamos las adicciones en las pantallas? Es evidente que será necesario regular, como ya han hecho en otros países, la limitación de la conexión digital de las personas trabajadoras para respetar su tiempo de descanso y de ocio. ¿Cómo implementaremos el teletrabajo? Puede servir para conciliar la vida personal y laboral, pero sabemos que, si mayoritariamente la cogen las mujeres, entonces perpetuamos el estereotipo de las mujeres cuidadoras en el hogar y frenaremos su progreso profesional. Cómo disminuiremos el tiempo de transporte de ida y vuelta al trabajo (muy elevado en algunas zonas urbanas y rurales), que impacta en la falta de tiempo personal y de cuidados, y también en las emisiones nocivas para el medio ambiente, cuando se ¿viaja en coche? Todos estos son retos de nuestra sociedad que es necesario abordar para conseguir el equilibrio entre las diferentes partes fundamentales de la vida (trabajar, dormir, cuidar, cuidarse) y también para disminuir la desigualdad de las mujeres y los hombres en el control de su tiempo.