El pasado 27 de julio, el Ministerio de Igualdad publicó la campaña de comunicación de verano llamada “el verano también es nuestro” . La imagen de la campaña muestra a cinco mujeres en la playa en bikini mostrando sus cuerpos “no normativos” con la intención de poner en evidencia y desterrar los estereotipos que sufren estas mujeres cuando enseñan su cuerpo y, al mismo tiempo, mostrar que “todos los cuerpos son válidos”. Nadie pone en duda que el mensaje de la campaña es necesario. Al cabo de unos días, se denunció que el cartel utilizaba cuerpos de modelos que no habían dado su permiso y, además, que sus cuerpos habían sido modificados.
POLÉMICA SOBRE LA CAMPAÑA DE COMUNICACIÓN DE VERANO DEL MINISTERIO DE IGUALDAD
Fuente: Campaña de comunicación «el verano también es nuestro» de Ministerio de Igualdad del Gobierno de España.
Una de las polémicas más virales de estos últimos días ha sido la que se ha generado en torno al cartel publicado por el Instituto de las Mujeres, organismo autónomo adscrito al Ministerio de Igualdad. Bajo el nombre «el verano también es nuestro», esta campaña de comunicación tenía la intención de desterrar estereotipos y reivindicar que «todos los cuerpos son válidos». Sin embargo, poco después del inicio de la campaña algunas de las modelos que aparecían denunciaron a sus perfiles personales de las redes sociales que el cartel utiliza sus fotografías sin su permiso. La polémica ha provocado la retirada de la campaña.
La artista del cartel, conocida como Arte Mapache, se disculpó públicamente por las redes sociales, asegurando que repartirá todos los beneficios que se deriven de este trabajo entre las protagonistas del cartel.
Otra cuestión que provocó aún más polémica de comunicación fue que se modificaron los cuerpos de algunas de ellas. Una de las modelos ha criticado que si este cartel realmente busca el “body-positivity” (movimiento social creado para normalizar todos los cuerpos de las mujeres y aceptarlos independientemente de la discapacidad, tamaño, género, raza o aspecto), no es ha conseguido, ya que se ha eliminado su prótesis y se ha incluido una pierna. Otra modelo, superviviente del cáncer, ha denunciado que se le puso un pecho cuando en realidad tiene una doble mastectomía , es decir, han empleado, de nuevo, una imagen no real de la persona que sale en el cartel.
El Ministerio de Igualdad y el Instituto de las Mujeres han explicado que en ningún momento tuvieron conocimiento de que las mujeres que aparecen en el cartel «eran reales». Afirma también que el contrato consistía en una “elaboración de una ilustración sin la utilización de modelos”. Sin embargo, algunas de las modelos aseguran que todavía no han recibido una disculpa por parte del Ministerio.
Las consecuencias por el Ministerio de Igualdad después de esta publicación
Las leyes sobre derechos de autor que se aplican en Reino Unido y en España establecen que una foto, o parte de ella, no puede utilizarse ni copiarse sin el permiso del propietario, incluso si se publica en sitios como Instagram. Los expertos en el derecho digital indican que los precedentes de este tema fijan al menos 15.000 € por víctima. Sin embargo, teniendo en cuenta las circunstancias especiales de estas mujeres, puede subir la cifra a unos 280.000€ en total. Andrés Millán, conocido como un jurista experto en estos casos, explica que puede juzgarse al Ministerio por lesiones al derecho de la intimidad, puesto que las fotos proceden de las redes sociales personales. Además, si las modelos esgrimen las discriminaciones sufridas en el sector del modelado justamente por no ser “normativas”, esto podría hacer subir la indemnización. Seguidamente, puede reclamarse también el sufrimiento que les ha provocado verse así de expuestas, viéndolo como una falta de respeto que puede originar ansiedad. Con ello, se abre la puerta de una posible indemnización por daños morales, así como otra indemnización por vulnerar la normativa de la protección de datos, especialmente en el caso de la mujer que ha pasado por un cáncer. La comunicación inclusiva debe ser tratada con mucho respeto, evitando «maquillarla» para que sea más «digerible» al público general.
